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domingo, 19 de febrero de 2017

La hiperactividad “condición cerebral”, no es mala educación


Los niños hiperactivos y con déficit de atención sufren “un trastorno cerebral” producto de la lentitud en el crecimiento neuronal, según un estudio internacional publicado en Holanda que pide poner fin al estigma tradicional de “mala educación” para explicar el comportamiento de esos pequeños.

“Hay una base neurobiológica que explica el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Y eso los padres deben tenerlo claro y aprender a lidiar con sus hijos”, explica a Efe Marcel Wortel, del hospital universitario de Nijmegen, en Holanda, que dirigió esta investigación.

Hay cinco puntos o regiones visibles en el cerebro que muestra una lentitud en el crecimiento neuronal en las personas con TDAH, lo que no ocurre con los que no lo sufren. Uno de los trastornos más evidentes localizados por los científicos está en los ganglios basales, la parte del cerebro involucrada en el control de la emoción y la cognición, y que se encuentra cerca de la base del cerebro, dentro del telencéfalo.

Esto muestra que el volumen total del cerebro es menor en personas con TDAH, en comparación con personas totalmente sanas. Dos de los puntos visibles de tamaño reducido están también en la amígdala y el hipocampo. En la amígdala radican las emociones básicas como el enfado o el miedo; es decir, la región del cerebro que desempeña la regulación de las emociones.

El papel del hipocampo está menos claro -explican los investigadores- pero “posiblemente tenga también que ver con la motivación y la regulación emocional”. En cuanto a la medicación, el estudio demuestra que ésta suprime los síntomas, pero no tiene ningún efecto sobre el volumen cerebral de las personas con TDAH, es decir, no cura el problema original.

Según el estudio, las diferencias son aún más evidentes en niños y adultos jóvenes, que en personas más mayores, y por ello los investigadores asumen que el retraso en el desarrollo del cerebro es una característica del TDAH. La investigación se basó en el mayor estudio de neuroimágen realizado hasta la fecha en personas con déficit de atención.

En total se compararon imágenes de 1.713 personas con TDAH y 1.529 personas sin este trastorno, todos en edades comprendidas entre los 4 y los 63 años.

“Las diferencias que hemos encontrado pueden explicar el retraso en el desarrollo cerebral que caracteriza este trastorno de atención”, aseguran los científicos del centro Radboud de Nijmegen.

El TDAH se caracteriza por síntomas de falta de atención, impulsividad e hiperactividad, y lo sufren uno de cada veinte niños (menores de 18 años) en todo el mundo, y dos tercios sufren sus efectos o mantienen signos en su vida adulta.

“Este es un trastorno del cerebro al igual que lo es la depresión clínica, la esquizofrenia y el trastorno bipolar, también asociados con los volúmenes cerebrales anormales”, explica la investigadora Martine Hoogman, del centro médico de Nijmegen.

Los resultados de esta investigación, resalta, exigen poner fin a los estigmas tales como que el TDAH está causado por “la mala educación” o que los niños “son difíciles” de educar, ya que solo es cuestión de que el cerebro madura a otro ritmo.

La investigación, dirigida por la científica holandesa Barbara Franke, ha sido publicada en el último número de la revista científica Lancet Pschiatry.

Según la publicación, en investigaciones anteriores se solían detectar “diferencias conflictivas” en los cerebros de un grupo de personas con TDAH, probablemente -añade- debido al uso de una población de estudio muy pequeña y poco comparativa.

Sin embargo, las causas siguen siendo objeto de controversia, por eso los autores de esta investigación piden “no estigmatizar” a los pequeños con hiperactividad y déficit de atención, a la espera de encontrar remedio a este trastorno, si lo hay.

“Sólo hemos encontrado las diferencias, no las causas de estas diferencias o los efectos de un tratamiento”, lamenta Wortel, ante la pregunta de cómo deberían lidiar los padres con los niños que sufren este trastorno.

Dra. Yeremy Bautista 
Médico Psiquiatra
Centro Medico Anacaona
809-557-4714.

sábado, 18 de febrero de 2017

"Trastorno de Ansiedad Social o Fobia Social"

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La fobia social se caracteriza por miedo intenso, persistente y excesivo en situaciones sociales, ante la eventualidad de no desempeñarse adecuadamente, verse en situaciones embarazosas, vergonzantes o humillantes.

Muchas veces, la persona está convencida de que su problema principal es debido a alguno de estos síntomas de ansiedad recién citados. El comportamiento más frecuente frente a estos miedos es la evitación de las situaciones sociales con las que se asocian.

Este miedo es reconocido por la persona que lo padece como excesivo e irracional y habitualmente viene precedido de ansiedad anticipatoria, horas o incluso días antes de la ocurrencia del acontecimiento social temido.

Para establecer el diagnóstico de fobia social, los síntomas han de persistir un mínimo de seis meses en los personas mayores de dieciocho años, sin ser debidos a efectos fisiológicos directos de una sustancia, ni a una condición médica general y sin ser mejor explicables por otro trastorno psicológico.

Existe una gran variabilidad individual en lo referente a las situaciones temidas. La fobia social será generalizada si los miedos incluyen la mayoría de situaciones sociales, o específica si se produce en circunstancias muy concretas y delimitadas, y no en todas las demás.

Manifestaciones de la Fobia Social

Normalmente, las manifestaciones sintomatológicas de la ansiedad social se agrupan en tres niveles o sistemas de respuesta: el sistema somático y autónomo, el cognitivo y el conductual.

Sistema somático y autónomo:

Las reacciones corporales más comunes son:
  • Temblor de voz y manos
  • Sudoración, sonrojo, escalofríos
  • Malestar gastrointestinal 
  • Urgencia urinaria
  • Taquicardia/palpitaciones
  • Dificultad para tragar
  • Boca seca.
  • Tensión muscular
  • Sensación de ahogo o falta e aire
  • Sensación de opresión en la cabeza

Los fóbicos sociales que presentan ataques de pánico, manifiestan mayor miedo y evitación de las situaciones sociales, más ansiedad somática, mayor malestar provocado por la fobia y mayor susceptibilidad a la ansiedad y desesperanza.

Sistema cognitivo o de pensamiento:

Las manifestaciones más características dentro de este sistema de respuesta son:
  • Dificultades para pensar 
  • Tendencia a centrar la atención en uno mismo, especialmente, en los propios síntomas, emociones negativas, errores…
  • Temores básicos, que son: temor a ser observado, a sentir mucha ansiedad y a tener un ataque de pánico.
  • Temor a no saber comportarse de un modo adecuado o competente.
  • Temor a manifestar síntomas de ansiedad que puedan ser vistos por los demás y/o interferir con la actuación.
  • Temor a la crítica, a la evaluación negativa y al rechazo.
  • Temor a no poder alcanzar las elevadas metas autoimpuestas.
Todos estos temores se manifiestan en pensamientos negativos frecuentes (ej: voy a hacer el ridículo, me pondré rojo), valoraciones no realistas de lo que se espera de uno, sobreestimación del grado en que se es observado por los otros, subestimación de las propias capacidades, exageración de la probabilidad de cometer errores.

Todo ello suele venir acompañado de supuestos relacionados con normas autoimpuestas excesivamente elevadas, creencias sobre la evaluación de los demás y creencias incondicionales sobre uno mismo (Ej: uno debe siempre complacer a los otros”, “si no le gusto a alguien, es que algo malo pasa conmigo”).

Sistema conductual o de comportamiento

La estrategia de afrontamiento más frecuente ante el miedo intenso es la evitación de las situaciones temidas, especialmente la participación en ellas (ser centro de atención o crítica, manifestar los síntomas, etc).

Algunas conductas defensivas para reducir la ansiedad y prevenir sus consecuencias son: consumir alcohol, evitar hablar o hacerlo brevemente y no sobre uno mismo, evitar los silencios hablando mucho y apresuradamente, meditar y ensayar minuciosamente lo que se va a decir…

Suele recurrirse también a conductas específicas para disimular el rubor (dejarse barba, maquillaje), el miedo a temblar (llevar las manos en los bolsillos, no coger objetos en presencia de los otros), el miedo a sudar (evitar ingerir alimentos calientes, llevar ropa ligera), el miedo a desmayarse (apoyarse en una pared al sentirse mareado, o caminar cerca de ella), el miedo a hacer ruidos con el estómago (distanciarse de otros, buscar lugares o actividades ruidosas que lo enmascaren) etc.

Ante la imposibilidad de evitar la situación, pueden aparecer muecas, gestos de inquietud, tartamudeo, silencios largos, etc.

Edad de comienzo y curso 

La edad media de comienzo de la fobia social se sitúa en torno a los 15 años, en plena adolescencia, un periodo crítico, debido a los sistemas de relaciones sociales que se inician en esa etapa y que implican evaluaciones por parte de los demás ante las que puede responderse con ansiedad. Frecuentemente, los adolescentes temen una evaluación negativa y aquellos más vulnerables al estrés pueden manifestar ansiedad y evitar las situaciones sociales. Es poco frecuente que el inicio de la fobia social se produzca posteriormente a los 25 años.

El trastorno suele aparecer de modo lento ante varias situaciones estresantes o humillantes, aunque puede darse abruptamente debido a una única experiencia.

Suele presentar un curso crónico e invariante, aunque es posible su remisión en la vida adulta.

La fobia social representa el 20-35% de los trastornos fóbicos vistos en la clínica. La mayoría de los pacientes no buscan ayuda y los que lo hacen tardan varios años en decidirse.

Frecuencia y problemas asociados

En cifras aproximadas (varían según diversos estudios) se puede considerar que prevalencia anual de la fobia social en la población general es de 2-3% . El porcentaje de personas que se consideran a sí mismas tímidas es de 40-50%. El porcentaje de personas que informan de un gran miedo a hablar en público es de 34%.

En la población general, el trastorno es más frecuente en mujeres que en hombres. Sin embargo, el porcentaje de hombres y mujeres que solicitan consulta es similar (probablemente debido a que los roles sociales imponen valores a los varones contrarios a la timidez, lo cual les motiva a solucionar el trastorno más que a las mujeres).

A efectos diagnósticos y terapéuticos, ha de distinguirse la fobia social de otros trastornos teniendo en cuenta que un paciente puede presentar distintos trastornos en un mismo momento (comorbilidad concurrente) o a lo largo de su vida (comorbilidad longitudinal). 

Un 70-80% de los fóbicos sociales han presentado en el último año otros trastornos, destacando los de personalidad, ansiedad, afectivos y dependencia de alcohol, nicotina u otras drogas. Generalmente, la fobia social precede a la aparición de otros trastornos asociados, suponiendo un factor de riesgo para éstos.

Dr. Arnulfo Mateo Hijo
Medico Internista y Psiquiatra
Centro Medico Anacaona
Tel. 809-557-4714.
Fuente: Clínica de la Ansiedad

domingo, 12 de febrero de 2017

"Enfermedad Cerebrovascuar y Trastorno Depresivo Mayor"

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La enfermedad cerebrovacular, ictus o infarto cerebral, popularmente llamado "trombosis o derrame", es un padecimiento que se caracteriza por el cese brusco del flujo sanguíneo cerebral, ya sea por la obstrucción de una arteria cerebral o por la rotura de la misma.

Se calcula que cada año hay hasta 200 mil infartos cerebrales, y quienes sobreviven pueden quedar con secuelas leves o severas, como parálisis, problemas de raciocinio, del habla, visión y en la coordinación motora, que los hace dependientes por completo de otra persona para sobrevivir.

En esta condición puede haber hemiparesis o hemiplejia, disartria, afasia, desviación de la comisura labial, diferentes alteraciones físicas importantes.

El trastorno depresivo mayor es una entidad clínica  y de salud mental caracterizada  por tristeza, llanto, anhedonia, sensación de vacío, puede haber ideas suicidas, pensamiento de muerte, alteración del patrón del sueño y síntomas asociados a la ansiedad, todo este cuadro enmarcado entre 15 días a 6 meses de establecido según las dos ultimas fuentes bibliográficas mas importantes de salud mental.

Esta condición afecta al 17% de la población mundial y afecta mucho la economía de un alto porcentaje de familias que ven mermada su productividad.

Hasta un 80% de los pacientes que presentan una enfermedad cerebrovascular terminan desarrollando un padecimiento de salud mental y un 50% terminan presentando un trastorno depresivo mayor.

Dentro de los otros padecimientos tenemos trastorno de ansiedad, trastorno del sueño, trastorno psicótico todos debidos a esta enfermedad médica.

La tomografía axial computarizada de cráneo y la imagen de resonancia magnética nos demostraran alteraciones a nivel cerebral especificas que se asociaran al cuadro que desarrollará el paciente.

Es importante siempre tener en cuenta la arteria afectada, el territorio vascularizado y correlacionar con la clínica del paciente. Se debe llevar de inmediato este paciente a un médico internista-neurólogo y psiquiatra para poder ofrecerle un soporte integral por esta condición tan deteriorante.

El manejo a largo plazo es a base de fisioterapia, terapia del habla, antidepresivos y psicoterapia, entre muchas otras herramientas. 

Evitemos que este tipo de enfermedad se siga incrementando y hagamos ejercicio, evitemos la vida sedentaria, una alimentación balanceada, cuidado con el cigarrillo y el alcohol, acuda a su consulta periódica para vigilar su peso, sus cifras tensionales y su glucemia.

Dr. Arnulfo Mateo (Hijo)
Médico Internista y Psiquiatra
Centro Medico Anacaona
Tel. 809-557-4714
Cel. 809-480-0908

miércoles, 8 de febrero de 2017

"Cerebro, protagonista del Norte"

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Desde hace mucho tiempo siempre me he dado cuenta que la la mayor fertilidad, bondades de la vida y prosperidad siempre quedan ubicadas al norte; la medicina no se escapa de dicha ley geográfica. 

El cerebro al norte se encarga de comandar todo un sistema fabulosamente creado, los pensamientos, sentimientos y actitudes, organizadas y propulsadas por los neurotransmisores, generan en sentido equilibrado el diario vivir de cada uno de nosotros, la cognición, el sueño, la sexualidad, el apetito, las energías dentro de tantas necesidades fisiológicas son controladas por nuestro maravilloso protagonista.

La iniciativa, el deseo de vivir, la creación de metas, la afectividad, las relaciones familiares, interpersonales y nuestro éxito a nivel social, laboral y familiar se le deben a ese equilibrio existente entre la serotonina, dopamina, noradrenalina, histamina, entre otros muchos neurotransmisores que sirven de gasolina al cerebro para nuestra cotidianidad.

Existen otros actores en la obra que son los riñones, el hígado, los pulmones, el corazón, el tracto gastrointestinal quienes juegan un rol tan importante que cuando tenemos una condición especial en uno de ellos podemos tornarnos ansiosos, irritables, agresivos, poco cooperadores.

La psiquiatría, la salud mental es una rama de la medicina que se involucra con todas las demás especialidades, no olvidemos que el cerebro es el protagonista del norte.

Dr. Arnulfo Mateo Hijo
M. Internista y Psiquiatra
Centro Medico Anacaona
Tel. 809-557-4714
Cel. 809-480-0908

martes, 7 de febrero de 2017

Alcohol para olvidar?, grave error......

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El famoso “beber para olvidar” puede haber pasado a la historia. Aunque es cierto que el beber alcohol suele implicar que al día siguiente uno no recuerde todo lo que ha hecho, las cosas malas (precisamente esas que queremos borrar de la memoria) podrían afianzarse en nuestro cerebro de una manera más férrea que si no bebiéramos.

Es lo que se desprende de un estudio publicado en la revista Transnational Psychiatry, llevado a cabo por investigadores de la Universidad John Hopkins, de Baltimore (EE UU). Dividieron a ratones de laboratorio en dos grupos: uno bebió agua durante dos horas y al otro le dieron grandes cantidades de alcohol en el mismo intervalo de tiempo. Posteriormente, a ambos grupos les hicieron escuchar un sonido concreto que iba seguido de una descarga eléctrica. Al día siguiente, los roedores escucharon el mismo sonido, solo que esta vez no estuvo seguido de la descarga. Los resultados mostraron que los ratones a los que habían emborrachado tenían más miedo (recordaban mejor la descarga) que aquellos que habían bebido agua.

La conclusión del trabajo es que el alcohol perpetúa la sensación de miedo: la extinción de este recuerdo requiere de receptores del neuotransmisor glutamato (una sustancia que está relacionada con la memoria), y cuando los compuestos del alcohol se unen a estos receptores, estos interfieren en las sinapsis (comunicación neuronal), provocando que los animales que han bebido alcohol "no se acostumbren al estímulo y no olviden su mala experiencia previa", explica el neurólogo Pablo Irima, vocal de la Sociedad Española de Psiquiatría.

"Muchos de los pacientes con estrés postraumático consumen alcohol con el fin de evadirse de la situación, olvidar o dormir con más facilidad. Esto no es adecuado" Pablo Irima, neurólogo.

Dicho neurotransmisor (implicado en la extinción del recuerdo) y la bebida no se llevan bien. “El glutamato produce rechazo al alcohol. Se suele utilizar en clínica para que los pacientes dejen de beber”, dice el psiquiatra y presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Julio Bobes. Evade, pero no borra los traumas

Que el alcohol nos hace recordar las cosas más fácilmente era algo que ya había puesto de manifiesto un estudio de la Universidad de Texas (EE UU), en 2011. Según esta investigación, empinar el codo activa ciertas zonas del cerebro relacionadas precisamente con el aprendizaje y la memoria.

Pero aun así, la idea de que beber es un buen modo de alejar los malos recuerdos está tan extendida que incluso el estudio asegura que la mayoría de las personas afectadas por diversos traumas (entre un 60% y un 80%) ingieren alcohol compulsivamente. “Muchos de los pacientes con estrés postraumático se emborrachan con el fin de evadirse de la situación, olvidar o dormir con más facilidad”, añade Irima. 

Los investigadores concluyen: "Si los efectos del alcohol en los recuerdos desagradables son similares en los humanos, nuestro trabajo podría ayudar a entender mejor cómo funcionan estas memorias y como enfocar mejor las terapias en personas que presentan estrés postraumático".

Dr. Arnulfo Mateo Hijo
M. Internista y Psiquiatra
Centro Medico Anacaona
Tel. 809-557-4714
Cel. 809-480-0908

sábado, 4 de febrero de 2017

La azúcar afecta mi cuerpo... ¿y a mi cerebro?




Tenemos que tener en cuenta que un 30% de diabéticos terminan padeciendo una condición de salud mental y el 20% de pacientes de salud mental crónicamente enfermos termina desarrollando diabetes mellitus tipo dos….

Que es la Diabetes? No es más que un padecimiento de salud que se caracteriza por una alteración metabólica, una afectación parcial o total de la insulina, por lo cual se clasifica en Diabetes Mellitus tipo 2 y 1 respectivamente…….

Donde está el problema? La mayoría por no decir que todas las conferencias que hacemos a los diabéticos van orientadas al pie diabético, a evitar las lesiones, a tener cuidado con los alimentos que ingerimos, medidas preventivas muy importantes, pero nadie nos informa que cuidemos nuestro cerebro del azúcar………

Se ha puesto en evidencia que el paciente diabético a largo plazo experimenta cambios conductuales, emocionales y del pensamiento, estructuralmente su cerebro va cambiando y su dinámica se va modificando, por lo cual es normal que en un momento dado inicie una etapa de duelo al momento del diagnóstico……. NEGACION, IRA, DEPRESION, NEGOCIACION Y ACEPTACION, según Kluber Ross, psiquiatra precursora de este concepto.

Por este hecho es importante que acudan inmediatamente a consulta con el médico psiquiatra para que sea un acompañante en este proceso tan importante en el que se envuelve este tipo de pacientes.

Podemos observar trastornos de ansiedad, trastornos del estado de ánimo, depresión mayor, trastornos del sueño, demencias de tipo vascular y mixta; ya que podemos tornarnos intranquilos y con miedo a morir, estos tipos de padecimientos nos hacen pensar en la muerte, nuestro ánimo cambia; hay mayor desesperanza, ya la vida no es igual, el sueño se altera; estamos bastante preocupados por nuestros hijos, esposa, familia y especialmente por nosotros mismos, puede que por las preocupaciones, la falta del sueño y la alteración del ánimo, se nos comiencen a olvidar las cosas.

Por lo cual en algún momento usted podría utilizar diferentes tipos de medicamentos de nuestra área, como antidepresivos, ansiolíticos, hipnóticos y antipsicóticos, en algún momento el psiquiatra durará largas horas conversando con usted y evaluándolo, acompañándolo en su situación, desarrollando medidas psicoterapéuticas importantes……

Acudamos a la consulta para trabajar en contra de esta condición, yo como psiquiatra te estaré evaluando y dicha evaluación no quiere decir que estas “loco”, término que la sociedad ha terminado usando de forma despectiva, lo que quiere decir es que estas mucho más cuerdo que el que no se deja evaluar, ya que simplemente presentas un grado de conciencia mayor sobre tu padecimiento físico que puede afectar tu salud mental……

Dr. Arnulfo Mateo Hijo
Médico Internista y Psiquiatra
Centro Medico Anacaona
Cel. 809-480-0908.