La agitación psicomotriz se define como un estado de hiperactividad motora incomprensible para el observador, dado el contexto situacional en el que se produce y la ausencia de intencionalidad aparente.
En ocasiones se asocia a manifestaciones de agresividad y puede acompañarse de distintos síntomas y signos, configurándose como una entidad sindrómica.
Puede, además, ser un síntoma y/o un signo de una gran variedad de trastornos, tanto psiquiátricos como somáticos.
Es una urgencia médica y probablemente se trate de la urgencia psiquiátrica domiciliaria más frecuente.
Su intensidad es variable, desde una mínima inquietud psicomotriz hasta suponer una tempestad de movimientos aparentemente descoordinados y sin finalidad alguna.
Puede suponer un peligro para el enfermo y/o para su entorno, lo que incluye al personal sanitario.
Resulta imprescindible realizar un diagnóstico diferencial entre la agitación orgánica y psiquiátrica. También es importante distinguir la agitación de la violencia.
La violencia en sí, se circunscribe al campo de la conducta humana, forma parte del repertorio esperable en nuestra especie y está sujeta al marco legislativo de nuestro ámbito cultural.
Asimismo, hay que diferenciar la agitación del cuadro confusional agudo o delirium. En este último caso, los pacientes pueden presentar estados de agitación pero también cuadros letárgicos o de escasa respuesta a estímulos, lo que complicará además su reconocimiento.
Publicado: Dr. Arnulfo V. Mateo Mateo
Fuente: Actualización de “ABCDE en Urgencias Extrahospitalarias”
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