MADRID.- Cuando el estrés aumenta, algunas personas sienten mayor sensación de apetito. Esto se debe a que la 'hormona del hambre' actúa como mecanismo de protección para reducir los síntomas de depresión y ansiedad producidos por el estrés, según se deduce de un estudio publicado por la revista "Nature Neurocience".
La relación entre el estrés y el apetito ha sido analizada en numerosas investigaciones. Se sabe que los niveles de grelina (una hormona relacionada con el apetito y el crecimiento) aumentan cuando se produce la sensación de hambre.
El trabajo, realizado por científicos del Centro Médico de la Universidad Southwestern de Texas (EEUU), demuestra que al aumentar la grelina artificialmente en los ratones se logra reducir los síntomas de ansiedad y depresión que se asocian a las situaciones de estrés. Esto significa que la hormona del hambre podría funcionar como un antidepresivo y ansiolítico.
"Según el estudio que hemos realizado con ratones, cuando el estrés es crónico, los niveles de la hormona del hambre aumentan, de tal forma que actúa como mecanismo de protección para reducir los síntomas relacionados con la depresión y la ansiedad", ha explicado Jeffrey Zigman, profesor adjunto de Medicina Interna y Psiquiatría de la Universidad y uno de los autores del trabajo.
"Esta investigación apoya la idea de que las hormonas del hambre no sólo se encargan de transmitir al cerebro la sensación de apetito, también coordinan la respuesta ante el estrés y probablemente ejercen un papel importante en el humor y los niveles de energía", afirma Michael Lutter, profesor de Psiquiatría y otro de los autores.
Dadas las conclusiones de esta investigación, el bloqueo de esta hormona anularía el envío de la señal de apetito al cerebro. Sin embargo, el equipo de científicos ha constatado que dicho bloqueo sólo causaría un aumento del nerviosismo.
Hambre y humor
Para determinar cómo la grelina afecta el humor, Zigman y su equipo restringieron la entrada de alimentos a los ratones de laboratorio durante 10 días. Esto hizo que sus niveles de grelina se cuadruplicaran. Sin embargo, presentaban menos síntomas de ansiedad y depresión que los ratones que accedían libremente al alimento.
Parece que los niveles de grelina no sólo aumentan cuando se siente hambre sino, además, cuando el estrés es crónico. En estos casos, la grelina sube para protegernos de la ansiedad y la depresión, es decir, actúa como un mecanismo de defensa para reducir dicho estrés.
Lutter ha afirmado que estas conclusiones podrían ser relevantes en el estudio de desórdenes alimenticios como la anorexia nerviosa. Es posible que para las personas con anorexia, perder peso y no comer (es decir, aumentar los niveles de grelina) tenga efectos relajantes o reduzca síntomas de depresión, "lo que refuerza dicha enfermedad", añade.
Publicado: Dr. Arnulfo V. Mateo Mateo
Fuente: www.elmundo.es
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