Incluso adultos jóvenes y sanos podrían tener un endurecimiento de las arterias que puede dañar su salud cerebral, sugiere un estudio reciente.
Se encontraron cambios cerebrales que pueden conducir al declive mental y a la enfermedad de Alzheimer más adelante en la vida en personas que tenían de 40 a 49 años, informaron los investigadores.
El nuevo estudio muestra "que un endurecimiento arterial creciente es nocivo para el cerebro, y que el endurecimiento creciente y las lesiones cerebrales comienzan en la mediana edad temprana, antes de que pensemos comúnmente que enfermedades prevalentes como la aterosclerosis, la enfermedad de la arteria coronaria o el accidente cerebrovascular tengan un impacto", señaló la autora del estudio, Pauline Maillard, investigadora del departamento de neurología y del Centro de Neurociencias de la Universidad de California, en Davis.
"Estos nuevos resultados podrían ser una vía para el tratamiento con el fin de sostener la salud cerebral", añadió en un comunicado de prensa de la universidad.
El estudio incluyó a unos 1,900 participantes del Estudio cardiaco de Framingham que se sometieron a IRM del cerebro y a una evaluación de sus arterias.
Entre los adultos jóvenes sanos, unos niveles más altos de endurecimiento de las arterias se asociaron con unas cantidades reducidas de sustancia blanca y una integridad reducida de la sustancia gris del cerebro. Las fibras de sustancia blanca conducen los impulsos nerviosos y conectan a distintas regiones del cerebro entre sí, mientras que la sustancia gris es la capa externa del cerebro.
El estudio encontró esos cambios cerebrales en personas de 40 a 49 años, una edad mucho más joven de lo que se había registrado antes, apuntaron los investigadores.
Los autores del estudio también dijeron que un endurecimiento arterial elevado es el síntoma más temprano de hipertensión sistólica. La presión sistólica es la cifra superior en una lectura de la presión arterial, y se refiere a la cantidad de presión en las arterias durante la contracción del músculo cardiaco.
Pero la asociación observada en el estudio no prueba causalidad. Se necesita más investigación para aprender más sobre el vínculo entre el endurecimiento arterial y los cambios cerebrales, apuntaron los autores del estudio.
"Nuestros resultados enfatizan la necesidad de prevención primaria y secundaria del endurecimiento vascular y de la remodelación como forma de proteger la salud del cerebro", planteó Maillard, añadiendo que este proceso debe comenzar a una edad temprana.
El estudio aparece en una edición reciente en línea de la revista Stroke.
Publicado: Dr. Arnulfo V. Mateo Mateo
Fuente: California of University
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