"Miedo, mecanismo de control social"

El miedo es una de las emociones más experimentadas en el mundo, de gran intensidad y nos ayuda a mantenernos vivos, al mismo tiempo si se prolonga en el tiempo se hace patológica, derivando en padecimientos físicos y mentales de todo tipo. 

Entre estas afecciones médicas tenemos: trastornos del sueño,  de ansiedad, trastornos del estado de ánimo, como la depresión, mayor uso y abuso de sustancias psicoactivas, trastornos psicóticos, al igual que hipertensión arterial, diabetes y cáncer, entre muchas otras.

El temor ha sido siempre uno de los aliados más fieles del poder, que intenta que la población viva inmersa en él para extraer sus propios beneficios. La creación artificial de atmósferas de miedo obliga a los ciudadanos en muchos casos a blindarse frente a ciertos contextos socio-políticos.

Sin lugar a dudas el miedo es el actor principal que genera pánico tras un desastre natural, político y/o económico, reflejándose en estructuras cerebrales como la amígdala cerebral, hipocampo y corteza prefrontal, manifestándose en todos los ambientes, familiar, social y laboral y limitando a poblaciones completas en su accionar.

Todos los esfuerzos por liberar al hombre han sido en realidad impulsos por desconectarlo del miedo, para crear las condiciones en que no sintiera la dependencia como una amenaza; cuanto más asesino y más totalitario es el poder más priva al hombre de libertad porque lo que engendra es temor, surgiendo así lo que algunos han denominado "ideología del miedo", definido como una “perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario”. El miedo como arma de dominación política; como herramienta de destrucción masiva en la lucha de clases, el miedo como mecanismo de control social. 

A lo largo de la historia ha habido todo tipo de movimientos sociales y culturales fundamentados en esa sensación, habitualmente desagradable, provocada por la percepción de ese peligro real o supuesto, presente, futuro o pasado. 

El miedo no solo como construcción social sino también ideológica. Como es omnipresente y está arraigado, produce desconfianza y conflicto con el “otro”, al que se atribuye la culpa de lo ocurrido o de lo que puede acontecer y genera, por tanto la necesidad de protegerse de él.

Por lo cual es normal que en algún momento de la vida experimentemos la emoción del miedo, la misma nos mantiene vivos, siempre y cuando sea proporcional a la amenaza real que experimentamos, de lo contrario simplemente nos enferma.

Dr. Arnulfo Mateo (Hijo)

Médico Internista- Psiquiatra General

Presidente Asociación Psiquiatras Egresados 

Residencias Dominicanas, ASPERDO

Encargado Comisiones Especiales CMD San Juan
Ex-Secretario General CMD San Juan

Labora en CENTRO MEDICO ANACAONA

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