En los pacientes con trastorno de estrés postraumático y en aquellos con trastorno depresivo mayor, los investigadores descubrieron también que estos receptores de glutamato tendían a acumularse fuera de las neuronas, en lugar de dentro, como ocurre en un individuo sano.
Los investigadores apreciaron más concretamente que el 30 por ciento de estos receptores se congregan fuera de las neuronas en individuos que experimentan pensamientos suicidas, en comparación con los individuos sanos.
Los investigadores midieron los niveles del receptor mGluR5 en un pequeño grupo de individuos a los que escanearon cinco regiones cerebrales diferentes mediante escáneres de tomografía por emisión de positrones (PET), que mide la actividad metabólica del cuerpo humano.
Las personas que participaron en el estudio se dividieron en tres grupos, cada uno con 29 miembros: pacientes con TEPT, pacientes con trastorno depresivo mayor y 29 voluntarios sanos que no mostraron signos ni síntomas de ninguna de las dos patologías.
Anticipar y prevenir el suicidio
Irina Esterlis, profesora asociada de psiquiatría de Yale y autora principal del estudio, explica en un comunicado que las pruebas para determinar los niveles de mGluR5 en personas que han sufrido traumas graves podrían ayudar a identificar a las personas con mayor riesgo de dañarse a sí mismas e impulsar intervenciones psiquiátricas.
Además, gracias a este descubrimiento, los investigadores podrían investigar formas de regular los niveles de mGluR5 con la esperanza de minimizar el riesgo de suicidio en pacientes con trastorno de estrés postraumático, añade.
Según Esterlis, los se podría realizar una prueba de un día para medir niveles de mGluR5 en estos individuos, lo que permitiría una evaluación de riesgo más clara, o la necesidad de una intervención psiquiátrica intensa, para identificar a los más propensos a hacerse daño.
Nueva perspectiva
En la actualidad, solo hay dos medicamentos para el tratamiento del trastorno de estrés postraumático (PTSD), ambos antidepresivos.
Desafortunadamente, estos medicamentos generalmente requieren que los pacientes los tomen durante semanas o meses antes de que los profesionales de la salud mental puedan medir su eficacia.
Sin embargo, para las personas que planean el suicidio, las semanas o los meses suelen ser demasiado largos, especialmente cuando parece que los medicamentos destinados a evitarlo no funcionan.
La neurociencia aporta ahora una nueva perspectiva que puede ayudar a disminuir las tasas de suicidio en todo el mundo, si bien se necesitarán más estudios para que pueda comenzar a aplicarse.
Dr. Arnulfo Mateo (Hijo)
Médico Internista y Psiquiatra
CENTRO MEDICO ANACAONA, SJM
Tel. 809-557-4714. Cel. 809-480-0908
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